quinto capítulo de la historia del aldeano que vivía en una villa al sur de Australia

La vida del aldeano tomaba un ritmo nuevo y misterioso... Muchas, muchas ilusiones albergaban su pobre corazón... LLegó a la villa y sintió escalofrios, no sabía bien por donde quería o pudría empezar.

Entro en una pequeña cafetería y al entrar lo fotografíó todo con sus miradas, vivía aquellos instantes con una intensidad dificil de explicar... Sentía el olor al café, al humo del local, al perfume de la gente, los sonidos que se confundían en el fondo, la gente que pasaba ante él, todo se le hacía un pequeño mundo... que sentía en su interios como una serpiente jugando desde su boca a su ombligo... Era maravilloso sentir la novedad y pensar que toda esa gente compartía ya aquella escena con él. Ya no estaba sólo... de momento todo estaba lleno.