capitulo cuarto de la historia del aldeano que vivía en una villa al sur de Australia
El aldeano... a la mañana siguiente... Comenzó su día bien temprano... Esta vez, decidió que no tomaría su desayuno cotidiano de migas con leche, ni tampoco se quedaría en la granja... Eso podía esperar... Ese día el valiente aldeano, tras la reflexión de su día anterior, decidió acercarse al pueblo y interactuar con su mundo más próximo... Todo sería cuestión de probar...
En muy poco tiempo estuvo listo, el mundo lo esperaba y no quería llegar tarde...Estaba ansioso y entusiasmado, la idea de mezclarse con otras vida le hacía feliz... Imaginaba la cantidad de cosas que le estaban aguardando, las cosas que podía aprender, ver y dejarse mirar... Todo le parecía un plan perfecto, el miedo que había tenido se había transformado en curiosidad y le empujaba a luchar y a mirar al frente... Sabía que todo saldría bien...
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